El Juego y El Cerebro

Dibijo Cerebro con juguetes

El Juego es una actIvidad primaria. Es pre-consciente, pre-verbal y se ha desarrollado sobre estructuras biológicas ancestrales, previas al desarrollo de la capacidad del habla.

Nuerocientíficos, biólogos, psicólogos, sociólogos e investigadores de todos los campos de la ciencia, saben ahora que el juego es un profundo proceso biológico. Un proceso que ha evolucionado desde hace miles de años en muchas especies animales como forma de asegurar su supervivencia. 

Ha moldeado el cerebro y ha hecho a los animales más inteligentes y adaptables. En “animales superiores”, ha impulsado el desarrollo de la empatía y ha hecho posible la existencia de grupos sociales complejos. 

En los seres humanos, el juego es la base de la creatividad y la innovación. Es intensamente placentero, energizante, nos anima, renueva el sentido natural de optimismo y nos abre hacia nuevas posibilidades. 

PROPIEDADES DEL JUEGO

Aparentemente sin propósito
El juego no es realizado por su valor práctico, sino por el interés que genera la actividad en sí misma.

Voluntario
No es obligatorio, exigido o demandado.

Atracción inherente
Es divertido, placentero. Es el antídoto natural contra el aburrimiento. 

Libre del tiempo
Cuando nos compenetramos activamente en el juego, perdemos el sentido del tiempo.

Consciencia disminuida del “yo”
Dejamos de preocuparnos por las opiniones externas y desatendemos nuestro proceso de pensamiento. Nuestra atención se vuelca por completo hacia la actividad.

Improvisación
Se genera una apertura hacia la búsqueda de nuevas opciones, conductas, soluciones, etc. Estimula una actitud creativa.

Deseo de continuar
Queremos seguir jugando y el placer que nos provee la experiencia refuerza el deseo de continuar realizando dicha actividad. 

El juego es su propia recompensa, su propia razón de ser.

¿POR QUÉ JUGAMOS Y PARA QUÉ SIRVE?

El juego es una actividad que insume tiempo, energía y no está enfocada en resolver las necesidades inmediatas de supervivencia. Entonces ¿Por qué ha evolucionado, en lugar de haber sido descartada como una actividad “inútil” por el proceso de selección natural?

No sólo es una conducta que ha evolucionado, sino que se en algunas especies los individuos que más juegan, son los que sobreviven mejor. 

El juego ha permitido a los animales aprender sobre su ambiente y diferenciar a los amigos de los enemigos.

La interacción del juego les permite un entrenamiento sin penalizaciones sobre la forma de relacionarse con sus pares, llamar la atención de su grupo, o aprender hasta qué punto pueden abusar de “mamá” antes de ser reprendidos.

Los animales que más juegan, aprenden rápidamente como navegar dentro de su mundo y adaptarse al mismo. En otras palabras, se vuelven “más inteligentes”. 

JAAK PANKSEEP, renombrado investigador en neurociencias, ha demostrado que el “juego activo” estimula selectivamente la formación de nervios en la amígdala (dónde se procesan las emociones) y en el cortex dorsolateral prefrontal (dónde se procesan las decisiones ejecutivas).

La actividad del juego desarrolla las bases de la habilidad, que el psicólogo DANIEL GOLEMAN ha denominado: “Inteligencia Emocional” y es la actividad que genera mayor estimulación nerviosa en el cerebro. 

JOHN BYERS, investigador sobre la evolución del comportamiento del juego en los animales, ha descubierto que la cantidad de “juego”, se correlaciona directamente con el desarrollo del cortex frontal en el cerebro, la zona donde se genera la “cognición” (Discriminación de lo relevante de lo irrelevante, monitoreo y organización de los pensamientos, sentimientos y planificación del futuro). 

Además, el máximo período de juego en cada especie, se vincula con el grado de desarrollo del cerebelo, responsable de las funciones cognitivas de la atención, procesamiento del lenguaje, percepción de la música y el ritmo, entre otras.

Como seres humanos, encontramos en el juego un espacio de aprendizaje seguro, dónde podamos poner en práctica nuevas hipótesis e ideas, sin la amenaza de riesgos físicos y/o emocionales. Podemos imaginar y experimentar con situaciones de las cuales no tengamos registros previos y aprender sobre ellas. Podemos crear posibilidades que nunca han existido pero que podrían hacerlo en el futuro. Jugando, creamos nuevas combinaciones de conexiones cognitivas, conexiones que se manifestarán en nuestra vida cotidiana permitiéndonos observar y aprender qué es lo que funciona. 

Jugando, esculpimos del nuestro cerebro.

Autor: Mario Burgos
Instituto de PNL del Uruguay

Fuentes
Play: How It Shapes the Brain, Opens the Imagination, and Invigorates the Soul - by M.D Stuart 
Brown, Christopher Vaughan – 2009.-
Free Play (Improvisation in Life and Art)- Stephen Nachmanovitch - 1990 
National Institute for Play - www.nifplay.org