El Efecto Pigmalión: Cómo tu mirada puede transformar al otro
¿Sabías que tus creencias sobre otra persona pueden impulsar o frenar su desarrollo?
Tus expectativas no solo motivan: pueden activar o apagar el potencial de alguien.
En este artículo, te compartimos cómo el Efecto Pigmalión, respaldado por la ciencia y presente en nuestros vínculos cotidianos, puede transformar la manera en que lideras, educas o acompañas a otros.
Y también qué ocurre cuando, en lugar de potenciar, nuestras bajas expectativas limitan y reducen al otro: el Efecto Golem.
Una invitación a descubrir el impacto de tu mirada en otros… y a usarla como herramienta de crecimiento.
“Si tratas a una persona tal como es, seguirá siendo lo que es. Pero si la tratas como puede llegar a ser, se convertirá en lo que está llamada a ser.” — Johann Wolfgang von Goethe
En iPNL, creemos en el potencial que vive en cada persona. Pero, ¿qué pasaría si esta no fuera solo una filosofía, sino una herramienta real para la transformación?
El Efecto Pigmalión nos recuerda algo profundamente humano: nuestras creencias sobre los demás los influyen directamente. Cuando miramos a otra persona con fe, confianza y la visión de sus posibilidades, esa persona lo percibe y, a menudo, se expande.
Y no, esto no es solo poesía, es ciencia.
¿Qué es el Efecto Pigmalión?
Es un fenómeno psicológico descubierto por los investigadores Robert Rosenthal y Lenore Jacobson en la década de 1960. Demostraron que las expectativas que una persona tiene sobre otra pueden influir directamente en el rendimiento, la actitud y el comportamiento de esa persona.
En su estudio más famoso, le dijeron a los maestros de una escuela en California que ciertos estudiantes, seleccionados al azar, tenían un "alto potencial intelectual". Al final del año escolar, estos estudiantes de "alto potencial" mostraron una mejora significativa. ¿La razón? Sin saberlo, los maestros los trataron de forma diferente: les prestaron más atención, fueron más pacientes y les ofrecieron tareas más desafiantes.
En esencia, las expectativas de los maestros se convirtieron en una profecía autocumplida que los estudiantes alcanzaron.
Desde entonces, el efecto se ha confirmado en diversos campos:
En el deporte: la confianza del entrenador eleva el rendimiento del atleta.
En el ámbito empresarial: las altas expectativas de un líder mejoran la productividad del equipo.
En la salud: la relación médico-paciente puede influir en la recuperación.
La conexión emocional y cerebral
Cuando alguien cree en nosotros, suceden cosas notables a nivel interno:
Se activan áreas del cerebro asociadas con la motivación y la autoeficacia.
Aumentan los niveles de dopamina, lo que impulsa el aprendizaje y la acción.
Nos sentimos vistos y valorados, lo que nos conecta con nuestra mejor versión.
El Efecto Golem: cuando la mirada limita
Este fenómeno tiene un reverso: el Efecto Golem, que ocurre cuando las bajas expectativas limitan el rendimiento.
Cuando la mirada del otro es reducida, crítica o desconfiada, la persona comienza a actuar según esa imagen limitada. Se siente desvalorizada, inhibida o insegura, y su rendimiento tiende a disminuir.
El Efecto Golem es, en esencia, una profecía negativa que se cumple, no porque la persona no tenga potencial, sino porque el entorno no lo reconoce ni lo habilita.
Por eso, nuestras creencias y actitudes hacia los demás no son neutras: pueden convertirse en freno… o en impulso.
Más allá de la creencia: Autoeficacia y mentalidad de crecimiento
En iPNL, vemos que la creencia del otro no solo motiva, sino que despierta la sensación de "sí puedo".
El Efecto Pigmalión fortalece la autoeficacia, el concepto desarrollado por el psicólogo Albert Bandura.
La percepción que tenemos de nuestras propias capacidades influye en nuestros logros, y esa percepción a menudo se construye sobre la base de las miradas de otros que nos habilitan.
Además, cuando alguien espera que mejoremos y crezcamos, nos está sembrando una mentalidad de crecimiento (o growth mindset), estudiada por Carol Dweck. En lugar de pensar "soy así y punto", nos abrimos a una visión más expansiva: "puedo aprender, puedo mejorar, puedo cambiar".
Y esa visión es profundamente transformadora.
Relaciones que elevan o que limitan
Así como una mirada puede elevarnos, también puede limitarnos. El entorno nos construye.
Personas vitamina: Si te rodeas de personas que creen en tu potencial, lo estimulan y lo celebran, algo en ti se activa. Te sientes sostenido, visto y capaz.
Personas tóxicas: Si tu entorno está cargado de juicio, crítica o indiferencia, el Efecto Pigmalión puede volverse Golem. Elegir con quién compartes tu camino es un acto de autocuidado.
El Efecto Pigmalión en el día a día
Este fenómeno no es sólo para estudios científicos; se manifiesta en nuestros vínculos diarios.
En el coaching: cuando un coach acompaña a su coachee reconociendo sus recursos y capacidades internas, está sembrando una creencia que impulsa su transformación. Esa mirada no solo guía: también activa el potencial de la persona para alcanzar sus metas.
En el liderazgo: un líder que proyecta confianza en su equipo permite que cada miembro encuentre su potencial.
En la crianza y las relaciones: cuando un niño, una pareja o un colega se siente valorado por lo que puede llegar a ser, su motivación florece.
Herramienta práctica iPNL: “La mirada que eleva”
Te proponemos un ejercicio sencillo para aplicar el Efecto Pigmalión en tu propia vida:
Elige a alguien a quien guíes, acompañes o ames.
Identifica una capacidad latente que esa persona quizás aún no ve en sí misma.
Pregúntate: ¿Cómo cambiaría mi lenguaje, mis gestos o mi forma de estar si realmente creyera en ese potencial?
Durante los próximos días, actúa como si ese potencial ya estuviera floreciendo.
Notarás algo mágico: esa semilla comenzará a germinar.
El Efecto Pigmalión no es solo una técnica. Es una forma de mirar al otro con respeto, posibilidad y amor. Porque en esa mirada, muchas veces, comienza el verdadero cambio.
Y vos, ¿en quién estás creyendo hoy? Tal vez tu simple presencia, tu confianza o tu cariño sea el impulso que alguien necesita para crecer.
¿Querés aprender más herramientas para acompañar a otros con esta mirada apreciativa, consciente y transformadora?
En iPNL diseñamos experiencias formativas vivenciales que despiertan el potencial, fortalecen la confianza y expanden la capacidad de generar cambios reales, en uno mismo y en los demás.
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Estudios complementarios sobre el Efecto Pigmalión
Rosenthal, R. (1994). Interpersonal Expectancy Effects: A 30-Year Perspective.
Este metaanálisis valida el efecto con solidez científica en diversos ámbitos humanos, no solo en el aula.
Eden, D. (1990). Pygmalion in Management: Productivity as a Self-Fulfilling Prophecy.
Demuestra que los jefes que esperan más de sus empleados logran un mejor desempeño y compromiso de sus equipos.
Kierein, N. M., & Gold, M. A. (2000). Pygmalion in work organizations: A meta-analysis.
Concluyen que los líderes con altas expectativas influyen positivamente en la autoeficacia, motivación y desempeño de los colaboradores.
Eden, D., & Shani, A. (1982). Pygmalion goes to boot camp: Expectancy, leadership, and trainee performance.
En el ejército israelí, los soldados a quienes se les asignaron comandantes con expectativas más altas mostraron un mayor rendimiento físico y mental.
Horn, T. S. (1984). Expectancy effects in the interscholastic athletic context.
Los entrenadores que creen en el talento de sus atletas tienden a proporcionar más retroalimentación positiva, lo que mejora el rendimiento.
Madon, S., Jussim, L., & Eccles, J. (1997). In Search of the Powerful Self-Fulfilling Prophecy.
Examinan cómo las expectativas de padres, docentes y médicos pueden afectar la autoestima, la salud y el desarrollo personal.